sábado, 29 de julio de 2017

Historias mínimas VIII. Javier Tomeo.

Campo de batalla y cinco mil combatientes muertos. Los primeros buitres planean ya en las alturas, pero todavía no se atreven a descender. En primer plano, dos guerreros cubiertos de sangre.
GUERRERO A. Oye.
GUERRERO B. Qué.
GUERRERO A. ¿Estás muerto?
GUERRERO B. Sí.
GUERRERO A. Por un momento, al verte sonreír, pensé que estabas vivo.
GUERRERO B. Pues estoy muerto.
GUERRERO A. Yo también estoy muerto.
GUERRERO B. Entonces, ¿cómo pudiste verme sonreír, si estás muerto?
GUERRERO A. ¿Y tú? ¿Cómo pudiste sonreír, si no estabas vivo?
GUERRERO B. No sé. A lo mejor la muerte es sólo una media sonrisa.
GUERRERO A. (Dándose por satisfecho con esa respuesta.) Sí, a lo mejor.
Silencio. En lontananza un anciano busca a su hijo entre los muertos, y a los que están caídos de bruces les gira amorosamente la cabeza.

No hay comentarios:

Publicar un comentario